Panorama histórico
Desde la primera década del siglo XX, la región alrededor de la desembocadura del río Coatzacoalcos, en el sur de Veracruz, ha servido como epicentro del petróleo mexicano y luego de sus industrias petroquímicas. Aunque las ciudades de Coatzacoalcos y Minatitlán son previas a la llegada industrial, su crecimiento entre el siglo XX y XXI se ha debido considerablemente a los empleos y la riqueza que el petróleo y las empresas relacionadas a este han generado. Sin embargo, las consecuencias industriales de la contaminación y otros daños ambientales han ejercido también profundas marcas sobre esta fuerza de trabajo, las comunidades vecinas y su historia. A nivel nacional a lo largo del siglo XX, científicos y reguladores han señalado como la empresa estatal de petróleo mexicana es dañina como lo implica la carga tóxica de los ríos en todo el país, sin embargo esta empresa es también una fuente de orgullo nacional. Localmente, las controversias han disminuido y han versado sobre el peligro resultante y el daño; desde los informes del Centro de Ecodesarrollo en los años 80 a la presión y las demandas contra Pemex por APETAC y CEMDA en los años 90, a la agitación en los últimos años sobre cómo hacer frente a las consecuencias a nivel local de la reforma energética nacional. Actualmente muchos de los impactos de esta industria permanecen en los recuerdo, así como en los cuerpos y los entornos de los residentes locales. A medida que más producción y extracción de la región están siendo otorgados a firmas privadas en vez de a Pemex, quedan preguntas sobre cuán listos estarán los reguladores ambientales y laborales de México para lo que pueda venir.